Abro tus ojos, ojos. Y mis ojos que miran tus ojos. Y en esa mirada tan de ojos caminan las miradas paso a paso, ojo a ojo. Y miro en tu ojo, y ojeo tu mirada, desde mí, abriendo los ojos y pasando, más allá de lo mirado, de lo mirable, atrás del ojo.
Adentro de tu ojo millones de espejos me miran sabiendo mirar, por que cada espejo tiene ojos: ojos de mariposa y de murciélago, ojos de atardecer o de arena. Y yo me enojo y me mojo y me arrojo por tu mirada desojada, -no te aojes, ojeame- con anteojos, si hace falta. Te veo nojada, desmirada, no te veo. Miro tu mirada y vuelvo a tus ojos, redondos, con pinches; y sí, ...hay mal de ojos, hay ojo por ojo, y finalmente, ojos cerrados.
Yo, atrapado en tu pupila, queriendo que despiertes, pidiendote que por favor, abras los ojos.
Adentro de tu ojo millones de espejos me miran sabiendo mirar, por que cada espejo tiene ojos: ojos de mariposa y de murciélago, ojos de atardecer o de arena. Y yo me enojo y me mojo y me arrojo por tu mirada desojada, -no te aojes, ojeame- con anteojos, si hace falta. Te veo nojada, desmirada, no te veo. Miro tu mirada y vuelvo a tus ojos, redondos, con pinches; y sí, ...hay mal de ojos, hay ojo por ojo, y finalmente, ojos cerrados.
Yo, atrapado en tu pupila, queriendo que despiertes, pidiendote que por favor, abras los ojos.
1 comentario:
hermosa
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